Así como hay días,
hay noches…
Y así como hay noches,
hay tardes,
hay mañanas,
hay atardeceres,
hay amaneceres…
Y así como hay amaneceres,
hay días
en los que me acompaña tu silueta
cuando me levanto,
que permanece a mi lado,
hasta que atardece…
Y así comos hay atardeceres,
hay noches en las que
el desenfreno de la pasión
y el insaciable propósito
de la entrega
nos destrozan y nos obligan a dormir,
a abrazarnos hasta que nos mire la mañana…
Y así como hay mañanas,
hay tardes en las que el asombro de los niños,
o el repiqueteo de la neblina,
o la extensa sonrisa de nuestra perdida infancia,
o el electrizante zureo de la plaza,
nos obliga
-es decir, nos amarra-
a atardecer,
o a amanecer,
o ambas al mismo tiempo,
o tal vez ninguna…
Así como hay días,
hay noches,
hay tardes,
hay mañanas,
hay atardeceres,
hay amaneceres,
pero,
sobretodo,
hay siluetas,
hay desenfrenos,
hay insaciables deseos…
Así como hay días
también hay
amores,
noches,
encuentros,
abandonos,
maldiciones,
y pérdidas…
Así como hay días,
también habemos nosotros…
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