viernes, 31 de julio de 2009

el archivero

érase hace poco tiempo. Una historia digna de olvidarse... digna de almacenarse para siempre en el olvido.
por que se encontraba entre las tres columnas: negro, verde, blanco. Qué curiosos colores.
crecía tan lento como el árbol de la vida. La vida apenas lo encontró aquella vez.
y no se sentía solo en absoluto, fuera de sus no-amigos; sus queridas manos hacían lo necesario.
Atrapado y destinado a vagar en su pequeño mundo. Una mente que aprendió a dominar con su esfuerzo.
no tenía mas que al ego como su enemigo, su voz interna.... no se necesita más.
Los papeles volavan pasando el tiempo, trazando su imagen y semejanza en el suelo lleno de vaho, alimentando al árbol que poco a poco moría.
Decidió dejar sus colores a un lado, no los encesitaba al crecer. Mientras menos, mejor.
Eligió el lado oscuro... el otro lado de la moneda. Aquel que todos pueden ver.
cada vez más, gente nueva, nueva soledad.
Tragó inmundicias hasta llegar al sus "nirvanas" y todo fuera del alcanze de el cuervo, su pequeño amigo.
Ocultó su rostro bajo el triste velo del luto común y urbano mientras estaba en sus dogmáticas fiestas.
Bajo el disco del sol estaba su pura dignidad, pero en su patria, jamás amaneció de nuevo.
Tantas palabras como las inmundas historias que yacen frente a nosotros. tanntas historias tan comunes ya que pasan faltas de interés... Todas ellas, como estas, dignas de archivarse en lo perdido... en lo que nunca importa, nunca ha importado y jamás importará... en nosotros mismos

Rerg

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Lluvia

En ocasiones es
maravilloso
escupirle
al cielo
y observar
su recíproca
respuesta:
La lluvia...

M.H.Z.

Mañanas

Dicen: "El momento más oscuro es justo antes de amanecer..."
Hoy no pienso igual.
Hoy por la mañana, el momento más oscuro es el amanecer... el grito apagado del sol, ahogado por un mar de grises nubes, inunda la habitación y, sin abrir los ojos, despierto apesumbrado.
¿Qué fue de mí ayer? no lo se.
Abro los ojos en aquella mañana de lágrimas.
miro a mi izquierda y ahi está la anónima mujer, no tengo la menor idea de quien sea ni de dónde estoy... Quizá el alcohol me secuestró de nuevo.
Miro su cuerpo perfectamente moldeado, sus curvas exquisitamente delineadas... las facciones de su cara la hacen parecer una niña... más no lo es.
Todo esto me causa náuceas, estar con una mujer que no conozco, despertar en un lugar que no conzco... y que nisiquiera me importe... Repugnante.
Me levanto de la cama, la mujer a mi lado se retuerce un poco... como una lombriz huevona. Quizá lo sea.
abro la ventana y el cielo me escupe en la cara inmediatamente.
Por mi mente pasa lo que un amigo me dijo alguna vez, para todas mis acciones: "... La recíproca respuesta: La lluvia..."
Tal vez ahora me doy cuenta de lo curiosa que es la "Lluvia".

RERG