-Yo. - Respondí desde el otro extremo de la escoria de un edificio destrozado.
Se detuvo, me miró molesto, dio media vuela, siguió caminando y repitió la misma pregunta, temblando: "¿Hay alguien ahí?" ; como si yo hubiera arruinado sus esperanzas en su propia película de terror.
Rerg
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